Sin un minuto que perder, nos dirigimos hacia el Fórum Evolución para llegar a tiempo al acto de inauguración. Recogimos nuestras acreditaciones y tomamos asiento en el auditorio.
Miriam Reyes, presentadora de esta cuarta edición iRedes, dio comienzo al Congreso. Todo parecía funcionar correctamente (incluso el Wi-Fi, que parece ser que en años anteriores no estuvo a la altura) y el respetable recibió entre aplausos a los encargados de dar la bienvenida a los congresistas. José Antonio Antón Quirce, concejal Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de Burgos primero, y posteriormente el co-director de iRedes, José Luís Orihuela, a quien tuve el placer de entrevistar unos minutos. Publicaré esa entrevista aquí próximamente.
De la literatura al cine, pasando por Twitter |
Lo siguiente: Comida-coctel, pacharanes (si, con "ch" que estábamos en Burgos) y gente apasionante con la que conversar. Inmejorable diría yo...
Judith González, de Fundéu BBVA. a su lado Estrella Montolío y Mario Tascón |
Para acabar bien el día, cena-coctel en el Espacio Evo y muchas risas entre buena gente. Mención especial a este respecto para @BlogdeBori ,
@tukatukera , @Piaanarandanos y @AlberKs , que han hecho que mi primer iRedes sea inolvidable.
Ramón Lobo recogiendo el premio iRedes individual |
A la mañana siguiente y tras una breve visita a Gamonal para observar in situ el escenario del conflicto, nos dirigimos nuevamente al Forum Evolución. Entre mesas redondas y "charlas enredadas" en las que tomaron parte gente de la altura de Ignacio Escolar, Álvaro Varona, Txema Valenzuela, o el "youtuber" Wismichu, llegamos a la entrega de premios iRedes IV. Los premiados subieron al escenario entre aplausos y recogieron sus galardones, que consistían en una réplica de Excálibur (un bifaz hallado en Atapuerca).
Por último, el diálogo de clausura entre Pedro J. Ramírez y Eduard Punset. Como imaginan, fue asombroso. Les recomiendo que vean el video porque merece la pena.
233grados.lainformacion.com |
Finalizado el congreso, últimas charlas, despedidas y cierta sensación de quedarme con ganas de más. Tras una última comida en Burgos, me encamino hacia la estación mientras una única idea ronda mi cabeza: "Hasta el año que viene..."
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