miércoles, 5 de marzo de 2014

Corrupción se llama el juego

A propósito de la visita del Sr. Zapatero al programa de Jesús Cintora (Las Mañanas de Cuatro), me gustaría escribir unas palabras a quien las quiera oir, o mejor aun, a quien no quiera hacerlo...

La aparición de esta mañana ha sido una evidencia más de la corrupción implícita que lleva bajo su piel demócrata la clase política del estado español. No me refiero a alguno de los miles de casos que cada día copan las portadas de los medios de comunicación, sino a ese ambiente de corruptela en el que parece que viven inmersos los políticos.

Exceptuando los grandes temas centrales del espectáculo, Gürtel, Bárcenas, EREs..., me estoy dando cuenta de que cada vez más políticos tratan de minimizar los daños que causan sobre el rival las acusaciones públicas de corrupción, quizá, por lo que pueda depararles el futuro.

Hoy Zapatero ha defendido desde los indultos hasta la independendencia del poder judicial, haciendo un alto en varias instituciones adicionales. En un momento dado, Cintora le ha preguntado a ver como era posible que "por un lado defienda la independecia de los jueces, y al mismo tiempo defienda el indulto". Logicamente, evasivas por respuesta.

La solución es sencilla. Si el pueblo desconfía de quienes juzgan a los corruptos, no aceptará las futuras sentencias que exculpen o condenen ligeramente a los cientos de imputados en este tipo de causas. Lo del indulto, más de lo mismo. En los pocos casos en los que los culpables sean condenados, el gobierno tirará del indulto, y para eso hay que ir preparando el terreno.

En definitiva, vivimos en una sociedad en la que la clase política trabaja únicamente en favor de la propia clase política, y con el único objetivo de mantener el sistema que tantos años les ha costado estabilizar. Sus intereses en la opinión pública se basan solamente en mantener el rebaño ordenado, tranquilo y sumiso. Y tristemente, parece que funciona...



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